13 May, 2016

Por todas las veces que piensas en un momento y le añades una banda sonora, tu banda sonora, y por las veces que pensamos que la vida tiene instantes a los que sólo le faltan música, instantes buenos o malos, donde las risas o el silencio son la mejor banda sonora escrita, donde las respiraciones, los latidos y hasta los pestañeos marcan el ritmo, el pulso de tu vida. Porque a veces las emociones suenan más alto que cualquier cohete y llegan más allá. Allá, donde las ideas se vuelven nítidas, tan nítidas que tu mente está en blanco y a la vez con el mayor coágulo emocional que existe.