31 March, 2014

Pequeña sonrisa de Amelie...

Cuatro de la tarde, música de mi grupo favorito y aún así estoy destrozada. Cómo cansa la vida a veces. Tengo tan reventada la mente que no me salen las palabras. Estoy cansada de que todo el mundo sea tan suyo y yo tan de todos. Y de que me tomen por fuerte. Fuerte... Si supiera cualquiera lo que me tiemblan las piernas y el vértigo que siento desde que suena el despertador como cada día...
 Pasan los días, y cada día me desilusiono más del mundo.  Conocer a alguien nuevo y desconfiar de las hostias que te has dado con cualquier mindundi. Lo peor es la hostia que te das a ti mismo cuando acabas creyendo que vale la pena y te das el mismo golpe. Quizá por eso esté escribiendo un blog en vez de contarle a alguien lo que me ocurre. Quizá sea cierto que no me fío de nadie, y putas razones las que me hacen no hacerlo. 
Es verdad que duermo más,  que leo más, que veo más la tele y escucho más música que antes. Es verdad, que quiero estar ausente y desconectar, llenar los pulmones con otras vidas. 
Vine aquí con ganas de desahogarme, con todo pensado, y parece que las ideas se me salen por los ojos ahora mismo, y ojalá se fueran así los nudos de garganta.  A lo mejor lo que ocurre es que nadie me conoce como soy en realidad. Tengo muy buenas amigas y amigos, especialmente uno, la persona más importante en mi vida, de quien, si me pusiera hablar, acabaría desgastando hasta las letras del teclado táctil, y lo peor de todo es que creo que en el fondo estoy enamorada de él, pero ni é ni nadie se imaginan todo lo que hay por dentro además de lo que ven. Nadie sabe las veces que estoy en el suelo, las veces que hasta que no llego a casa y me ve mi madre nadie se ha dado cuenta de que muchas veces necesito un abrazo y romper a llorar. Es triste pensar que la única persona que te comprende es una madre, y que te digs que desde pequeña siempre te han afectado más las cosas que a los demás, y creo que es cierto. Me gustaría tener mala intención a veces. Hacer cosas que me han hecho a mí sólo para ver cómo reaccionarían esas personas, porque yo no sé salir de la mitad de las malas situaciones. Tengo ganas de que alguien me deje enseñarle cómo soy. Cómo soy cuándo estoy en éxtasis, y cómo soy por el suelo. Ni siquiera quien más me ha conocido se ha fijado del todo. Tengo ganas, de conocer a ese alguien y hacer la cuenta desde el principio y llenarlo  de mí, y llenarme de él. Pero cómo voy a conocer a alguien de esta forma si no me fio de nadie. Jodida mente, dónde me has dejado tirada estos meses,...