Momentos que se van y besos que se pierden...

Por más que lo diga, yo no quiero princesas, ni Cenicientas, ni un gran vestido. Ni tampoco necesito un gran coche, ni un hombre alto, moreno y con los ojos azules. Y además, tampoco necesito grandes momentos, ni 'Siempre nos quedará París', ni ningún '¡Buenos días, princesa!', ni ninguna otra frase especial. Tampoco necesito que Celine Dion le ponga una banda sonora a algo que sólo siento yo. Ni tener una madrastra que me impida estar con quien quiero. Yo sólo necesito algo normal, o quizás algo raro, se supone que soy rara, ¿no?. Algo que me haga sonreír, algo que me llene por dentro, que me motive, que me lleve a las nubes... Soy un trozo de cada persona que ha pasado por mi vida, aunque fuera sólo por un segundo, un roce en cualquier sitio, o años enteros aguantando. Soy el pasado que tanto añoras y el futuro al que temes. Soy el amor en meses, esos mensajes con tantos te quieros, esos besos enviados desde lejos y también la que jamás te quiso entender. Soy la banda sonora de tu vida, y esa canción tan pegadiza que tanto odias y siempre acabas cantando...

 "Los malos sí saben que son buenos, pero ellos lo ignoran. Se pasan la vida disculpando a los demás, pero no son capaces de perdonarse a sí mismos"

Tuve que aprender a ser sin ti

Echar de menos es emborrachar mis sentidos para perder la noción de tus pasos tan lejos de mí... Ansias y euforias revueltas en el estómago por empachos pasados... Echar de menos es manchar de recuerdos, soñarte despierto... Tus ojos, volverte a mirar, tenerte, volverte a tocar, tus manos, tu forma de andar,  tus miedos a ningún lugar... Echar de menos es querer quedarme en tu pelo enredado, atarme a tu cuerpo, quedarme a tu lado... Echar de menos es un cuento, donde tu personaje y el mío me los invento

Podría hablar de amor o decirte simplemente que te quiero, perderme entre las páginas de algún libro y hacer que el tiempo pase más deprisa, sentir que el lunes ya ha llegado y tú con él, tener la certeza de que esta semana es sólo para nosotros, para ti y para mí, para nosotros, escribir frases deshilvanadas en este blog diseñado para nadie pero abierto al mundo entero, disfrutar de tu sonrisa infinita en la foto que tengo sobre esta mesa desordenada o navegar en un mar de dudas. Podría, simplemente, echarte de menos, como hago ahora. O tú podrías dejar de pasarte por mi cabeza cuando estoy apunto de olvidarte

tal vez si me caigo me esperas, tal vez...

¿Has querido tanto a alguien que solo el hecho de pensar en ese alguien hace que te falte el oxígeno? ¿Que te provoque ansiedad? ¿Que te tengas que controlar para no temblar? Es como si la sangre de todo el cuerpo se frena y te empiezas a marear. Es entonces cuando las lágrimas intentan escaparse de los ojos, pero ni ellas tienen fuerza... ¿Has querido a alguien tanto como para dejarlo ir y aguantarte? ¿Como para conseguir que sea feliz aunque su sonrisa te cueste la tuya? Es como querer llegar al último escalón y encontrarte de repente en el suelo. ¿Has querido tanto a alguien como para mirarle a los ojos y que no te salga la voz? A veces cuesta creerlo...

Necesito verte aquí

Me da igual. Así, a veces, soy feliz. Con esas canciones que me recuerdan cosas, personas... Con fotos, notas y más recuerdos. Con buenas tardes. Así, sin más. Creo que me ha costado entender bastante que los detalles más pequeños son en verdad los mejores. Yo no pido más, así estoy muy bien. Están claras un montón de cosas: la gente cambia con el tiempo, o mejor dicho los conoces mejor; no se debe perder el tiempo; los miedos se pasan; y que si no arriesgas no ganas. Pero si hay algo de lo que estoy realmente segura es, que aunque demos mucha importancia a algunas cosas, nada merece que estemos mal, y menos si tienes personas a tu lado que te sacan una sonrisa solamente son la suya, porque en realidad, son esas cosas las que deberían de tener la importancia que se merecen. Creo que hoy me conformo con esto

-¿Cuál es tu lugar favorito en el mundo?
+¿A qué viene eso ahora?
-Tú contesta y ya
+Pues ahora no se me ocurre nada
-Venga va, que pensar un poco de vez en cuando no viene mal
+Dímelo tú primero y así sé por dónde vas
-Pues... Otoño en París, andando por un calle llena de gente que no sabe ni siquiera que existo, tapada hasta los ojos, con un frío de ese que te hiela los huesos, viendo como caen las hojas y con un chocolate caliente, ¿contento? Venga, te toca y ya no tienes escusa
+Pues…
-¿Un partido de fútbol en directo? ¿El concierto ése que quieres ver desde que tienes uso de razón? ¿Un viaje con todos tus amigos al paraíso de la cerveza? 
+No, es algo más especial
-Entonces...¿Cuál?
+Mi lugar favorito del mundo es aquí, contigo, rodeado de toda esta panda de gilipollas que no se pueden ni imaginar lo mucho que te quiero

Inevitable casi como respirar

Son tantas cosas que no sé por donde empezar. Tengo miedo, ganas de llorar, de gritar, de romper cosas.  Quiero contarlo todo y no puedo.  No sé qué es real y que no. Me ciegan los celos, el miedo a perderle, las ganas de abrazarlo y no soltarlo nunca. Que todo, sea lo que sea, se multiplica cada vez que aparece. Siempre. Aparece, está y se va. Eso es todo. No soy capaz de controlarme, no cuando se trata de él. No puedo parar, y lo gracioso es que me doy cuenta. En  una estúpida necesidad de saber de él, de quererlo, de pensar en él, de que me demuestre cosas que no puede demostrar. Pero... Tambien puedo verlo de otro modo. No siento nada, no hay nada.  Sólo culpa. Culpa por no sentir nada. Me obligo a quererlo para no sentirme culpable. Egoísmo puro y duro. Es querer y no poder. Y seguir una ridícula cadena durante todos los días, durante semanas, meses. Acabar siempre igual. Y lo sabes, pero no puedes hacer nada. Y aquí llega otro año. Dicen que año nuevo, vida nueva. Es evidente que todo acaba, los días, las horas, los años. Y esto acabará.  Y aunque no pueda controlar el tiempo hasta que acabe se que acabará. Y... ¿Qué cojones digo? No quiero que se acabe. A la mierda. Es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. Seré igual de estúpida e inocente todos los días. Pero me da igual. Prefiero pasarlo mal por alguien que merece la pena. Y me da igual lo que piensen los demás. Acabo de leer, que a veces el mejor consejo que te puedes recibir es un: "no aceptes consejos". Y es verdad. Es tiempo de equivocarme, y si no ya habrá más años. Y a la mierda mi autocontrol.