26 April, 2012

Respirar en tu pulmón al ritmo de tu vida


Hay momentos en la vida, en que una sola decisión, en un solo instante, cambia irremediablemente el curso de las cosas. Cuando decides disparar a alguien. Cuando decides quererlo, o no quererlo. Cuando decides mentir, traicionar, ocultar, o cruzar la línea. Esa décima de segundo podrá hacer girar todo al lado oscuro, o inundarlo de luz; podrá hacer de ti un héroe o un criminal, podrá llevarte al cielo o al infierno, pero siempre será un lugar desde el cual no podrás volver a atrás.


Antes de creer que puedes hacer daño a una persona y arriesgarte, coge un papel y arrúgalo, ¿ya lo has hecho? Ahora vuelve a dejarlo como antes. ¿No puedes verdad? El corazón de las personas es como ese papel, una vez que lo has herido es difícil volver a dejarlo como lo encontraste. Antes de hacer daño piensa bien lo que haces.

17 April, 2012

Everywhere I go, everything I do...

Hay muchos tipos de despedidas. Hay de esas en las que te consuela pensar que en un futuro seguramente cercano vendrá una bienvenida. Hay otras en las que piensas que lo has conseguido, que todo eso ya ha pasado y no volverá nunca. Hay otras en las que te sientes morir, como si fueras una hormiga bajo una lupa, sientes como poco a poco se quema todo lo que eras y como se acaba todo lo que podías haber sido. Esas en las que un simple adiós arrasa con todo lo que creías tener. Tambien hay otras más simples, tristes, de esas que te dejan un mal sabor de boca. Despedidas de esas que se hacen para terminar con todo lo malo, pero que accidentalmente pueden acabar antes contigo. No solemos estar seguros de querer parar, no en ese momento. Aun así nos despedimos y nos vamos pensando en si nos arrepentiremos. Nuestro orgullo hace que nos vayamos con un "hasta aquí hemos llegado", pero en realidad hasta el propio orgullo acaba pensando un "qué hubiera sido".

16 April, 2012

Todos los días de mi vida

Yo también tengo una teoría. Mi teoría es sobre los momentos. Los momentos que impactan. Mi teoría es que esos momentos impactantes, esos destellos de gran intensidad que ponen patas arriba nuestras vidas, son los que acaban definiendo quienes somos. La cuestión es que cada uno de nosotros es la suma de todos los momentos que hemos experimentado, con todas las personas que hemos conocido y son esos momentos los que conforman nuestra historia, como nuestra lista de grandes éxitos particular de recuerdos que reproducimos y volvemos a reproducir en nuestra mente una y otra vez. Pues esta es mi teoría, que esos momentos impactantes definen quienes somos, pero lo que nunca  me había planteado era ¿y si un día ya no pudieras recordar ninguno de ellos?


Un momento impactante. Un momento impactante cuya capacidad de cambio tiene un efecto expansivo que va mucho más allá de lo predecible, que hace que algunas partículas choquen entre sí y acaben acercándose más que antes. Y que manda a otras girando sin parar hacia nuevas aventuras aterrizando donde jamás pensaste encontrarlas, sí, eso es lo que pasa con esa clase de momentos, que no puedes, por más que lo intentes, controlar cómo te pueden afectar. Solo puedes dejar que esas partículas que colisionan aterricen donde puedan y esperar hasta la siguiente colisión.

03 April, 2012

Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, ¡qué gozada! Era lo mejor del mundo. Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rayas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis. Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas. Mejor que la nocilla y los batidos de plátano. Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenio. Mejor que los andares de Emma Pill, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford. Mejor que la cara B de Abbey Road, los solos de Hendrix. Mejor que el pequeño paso de Neil Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson, mejor que Woodstock y sus fiestas mas orgásmicas. Mejor que los excesos del Marqués de Sade, Arthur Rimbaud, Morrison y Castaneda. Mejor que la libertad. Mejor que la vida.