Me niego a poner nombres a los sentimientos, no quiero poner precio, fecha de caducidad ni sabores a los besos, ni color a los momentos negros... es mejor dejarlos pasar. Tengo el pulso acelerado, el aire me sabe raro, si me falta tu sudor, si no estás entre mis brazos, corto el cielo en mil pedazos, te regalo una porción.
Pero no entiendo cuando de repente no me quieres y pienso que cojones habré hecho mal, y entre quedarme en casa a llorar o ser valiente, elegí la opcion de no llorar.
Me da la impresión de que a veces se me va mucho la olla y no me entero de lo que hay alrededor. Tengo una colección con cientos de ilusiones rotas tiradas por el suelo de mi habitación.